El primer reto al que debe enfrentarse todo escritor es que su trama resulte atractiva. Basta con leer unas pocas páginas para saber si nos encontramos ante una novela que promete o, por el contrario, se unirá a otras que se dejaron a medio porque resultaron aburridas desde el comienzo.
El argumento de una novela se extiende a varios ámbitos. Puede que ya tengas una idea y te cueste desarrollarla, no sepas introducir los puntos de giro adecuados por falta de creatividad o, directamente, no se te ocurran buenas ideas. En cualquier caso, este artículo te servirá para desatar tu lado más creativo y hacer que el lector sienta la necesidad de seguir leyendo desde la primera página.
Vamos a ver 10 técnicas para alimentar el argumento de tus obras:
Crea tu propio método
Lo primero que debes tener claro es que no existe una fórmula universal para escribir. Tendrás que ir probando y dar con la rutina que mejor te funcione. Puede que seas más productivo en un horario concreto o que te encuentres más inspirado por las noches. Crear tu propio método también consiste en escribir sobre lo que te apasiona. Si no te gusta el tema sobre el que escribes no puedes pretender que le guste a tus lectores.
Disciplina: creatividad
Ya lo dijo Pablo Picaso: la creatividad existe, pero debe encontrarte trabajando.
No puedes esperar que una gran idea asome por tu mente si no estás trabajando. La creatividad es como un gran músculo que debe ejercitarse, y qué mejor forma que escribir mucho y reflexionar sobre tu obra frente al ordenador para que tu cerebro comience a concatenar grandes ideas.
Sigue unas pautas
Encuentra el lugar en el que te sientas más cómodo para escribir. Puede que te sientas más inspirado rodeado de gente, o quizás necesites soledad absoluta para poder concentrarte y comenzar a llenar páginas en blanco.
Ponte objetivos: no te levantes hasta que no los hayas cumplido. Lo primero que debes hacer es perder el miedo a la escritura. Escribe lo que se te pase por la mente, pero escribe. Ya tendrás tiempo de mejorar tu obra cuando corrijas el borrador.
Establece una rutina de trabajo y repítela: no debes fallar ni un solo día. Piensa los días y horas que vas a dedicar a la escritura e imponte esa rutina. Si decides escribir de lunes a viernes en horario de 17.00h a 19.00h empléate a fondo para cumplirlo.
Estado de vigilia
Uno de los mejores momentos para generar nuevas ideas es ese pequeño margen de tiempo entre el sueño y el despertar.
Te explico cómo funciona:
Piensa un problema sin resolver antes de ir a dormir. Este truco despierta el inconsciente y desencadena secuencias de pensamiento que se prolongan en el sueño. Cuando soñamos aparecen las soluciones al problema propuesto, pero sin las limitaciones diurnas. Por la mañana, en el estado de duermevela y cerca de la hora de despertar, accederemos a esas soluciones e ideas en lo que se llama sueño lúcido. Aguanta un poco la hora de salir de la cama para prolongar este estado sumamente creativo y deja la mente a su libre albedrío, sin establecer limitaciones ni preocuparte por los resultados.
Lee mucho
Leer es el mayor aliado de todo escritor. No basta con hacerlo en el plano del ocio, sino que deberemos analizar exhaustivamente cada lectura que caiga en nuestras manos. Así comprenderemos qué es lo que ha hecho el autor y el porqué. La lectura es una
herramienta de análisis y aprendizaje que te hará mejorar.
Hay quien dice que todo está escrito, pero puede que a partir de algo que hayas leído te inspires para crear tu obra. No se trata de replicar la misma idea ni copiarla, basta con que la propia idea del texto que has leído te ayude a crear tu propia historia, siendo capaz de modificarla en su plenitud a tu antojo.
Antes de continuar, te recordamos que en nuestro curso de escritura creativa encontrarás las técnicas y habilidades que te harán mejorar como escritor. Contarás con una propuesta de ejercicios prácticos que te devolverá corregidos uno de nuestros profesionales y te brindaremos acceso a un taller virtual de 1h y media, donde resolveremos dudas con otros alumnos y analizaremos algunos de vuestros ejercicios.
Experiencia personal: fuente de ideas
Seguro que a lo largo de tu vida has vivido hechos tan especiales que merecen ser contados. Sírvete de ellos para hilar una historia de ficción donde irás tejiendo poco a poco tu argumento.
La experiencia personal como fuente de ideas se extiende también a una anécdota que te cuentan o un suceso que escuchas. A partir de una base es más sencillo crear una historia inventada e ir incorporándole los personajes que le darán vida.
Haz un mapa de ideas
Escribe el nombre de tu protagonista en el centro del folio, a continuación escribe a su alrededor los nombres de otros personajes secundarios que tengan relación con él. Especifica qué tipo de conexión tienen los personajes secundarios con el principal (familia, amigos…). Por otro lado apunta los nombres de personajes que el principal o protagonista no conoce aún, pero que influirán en el desarrollo de la trama.
Disecciona todos los personajes de tu historia y las relaciones entre ellos. Te recomendamos que distingas lo tipos de personajes por colores.
Haz un mapa de temas
El mapa de ideas sirve para conocer los personajes que formarán tu historia. En el mapa de temas nos centraremos en las ideas que nos ayudarán a construir la trama.
Apunta en un papel la idea principal, añade posibles eventos que podrán suceder a raíz de la idea principal. Anota información sobre los personajes (situación familiar…) y especifica los sentimientos de cada uno de ellos (podrán varias durante la historia). Con todo esto podrás imaginar las posibles consecuencias que sucederán en base a lo anterior.
Brainstorming
Como su nombre indica, haz una lluvia de ideas en base al tema principal. No importa lo disparatadas o locas que resulten esas ideas, en el brainstorming todo vale.
Para que sea más eficaz, puedes rellenar algunas categorías en un folio en blanco y hacer una tormenta de ideas sobre cada uno de esos temas (conflicto narrativo, ambientes, discusiones…).
Sal a pasear
Pasear dispara la creatividad y ayuda a tener más y mejores ideas. Lo ideal es que des paseos con frecuencia, en soledad, durante al menos media hora y que no sigas siempre la misma ruta.